
De cuando la angustia del poeta deviene en reflexión metafísica
Enfermedades hay que minan el cuerpo,
otras –peores- existen que arrasan la mente,
más ninguna terrible como la propia Poesía:
perder su gracia será la misma Muerte.
*
Hay cuerpos que han probado
que vivir se vive, aún sin alimento,
que padecer hambre es posible,
más sin escribir, ¿cómo hacerlo?
*
Se dice el hombre a todo se acostumbra,
a miles de metros en altura, sin aire se vive,
como los cactos, en el caldero del infierno,
más cómo vivir sin el manantial del intelecto?
*
Más aún, han intentando convencerme,
se puede vivir sin amor, no sé cuánto tiempo,
pero que alguien me explique, -porque yo no puedo-
¡cómo vivir en la tundra eterna, del que amar no puede!
*
Ninguna enfermedad como
ninguna tan magnífica como exigente,
tenerla, es regalo del cielo!
perderla, ¡peor la propia Muerte!
*
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